¿Quién corre peligro?
Los pensamientos suicidas pueden afectar a cualquier persona, independientemente de su edad, sexo u origen cultural. Según la Alianza Nacional de Enfermedades Mentales (NAMI), el 4,9% de todos los adultos han experimentado pensamientos suicidas serios. Esa cifra aumenta al 11,3% en los adultos jóvenes de 18 a 25 años, al 18,8% en los estudiantes de secundaria y al 45% en los jóvenes LGBTQ+. El suicidio es laduodécima causa de muerte en los Estados Unidos, la segunda causa de muerte entre las personas de 10 a 14 años y la tercera causa de muerte entre las personas de 15 a 24 años. Podemos influir en estas cifras difundiendo información sobre la concienciación y la prevención del suicidio.
¿Qué buscar y cuándo actuar?
Todo el mundo tiene un mal día de vez en cuando, pero cuando ese mal día se convierte en varios días o en dificultades para realizar las tareas cotidianas, es importante prestar atención. Algunos pueden notar un mayor aislamiento de amigos o familiares o un menor interés por las actividades sociales, laborales o académicas. Otros pueden notar un cambio en la ansiedad, la depresión, el consumo de sustancias, el rendimiento en el trabajo o en la escuela, un estrés prolongado o dificultad para adaptarse a las situaciones. Sea cual sea el cambio, hay esperanza y formas de actuar y ofrecer apoyo.
¿Qué hacer?
Puede ser extremadamente difícil y aterrador cuando un ser querido, un hijo, un amigo o un familiar experimenta síntomas de salud mental, especialmente pensamientos suicidas. Mantenga conversaciones frecuentes con sus hijos y familiares sobre salud mental y realice "chequeos de emociones". Si lo convierte en parte de su rutina diaria, empezará a normalizar la salud mental y hará que sea cómodo mantener conversaciones con sus seres queridos cuando tengan problemas, especialmente con pensamientos suicidas.
Otra forma de ofrecer apoyo es escuchar y validar su experiencia. Puede que no entiendas por lo que están pasando, pero puedes ofrecerles apoyo y crear un lugar seguro para la escucha activa. Obtén comentarios y apoyo de otras personas: hermanos, familiares, amigos, miembros de la comunidad, profesores. Observar cómo cambian los comportamientos en múltiples entornos puede ayudar a evaluar la gravedad del problema y determinar cuáles deben ser los siguientes pasos.
La mejor forma de prevenir una crisis relacionada con el suicidio es buscar ayuda y apoyo antes de que se produzca la crisis. Si un ser querido se siente preocupado, pero no cree estar en peligro inminente, anímelo a hablar con su médico o profesional de la salud mental. También es importante implicar a amigos y familiares, todos necesitamos apoyo. Si crees que tu hijo o ser querido está en peligro inminente, llama a una línea de crisis, llévalo al hospital más cercano o llama al 911.
- Línea Nacional de Prevención del Suicidio (1-800-273-8255)
- Línea de texto para crisis ("NAMI" al 741-741)
- Línea de ayuda en caso de suicidio y crisis: 988