Experiencias infantiles adversas

¿Sabía que sufrir un acontecimiento potencialmente traumático durante la infancia, conocido como Experiencia Infantil Adversa (ECE), puede tener efectos negativos duraderos en la salud, el desarrollo cerebral y el potencial vital del niño? 

Las experiencias infantiles adversas pueden incluir violencia, abuso, negligencia, presenciar violencia en el hogar, pérdida de un familiar, problemas de salud mental de uno de los progenitores, abuso de sustancias/alcohol por parte de uno de los progenitores, o inestabilidad por divorcio o encarcelamiento de uno de los progenitores. 

Estos acontecimientos provocan lo que se denomina estrés tóxico. Las investigaciones demuestran que este estrés tóxico modifica negativamente el cerebro y el cuerpo del niño, afectando a su desarrollo cerebral, su sistema hormonal y su sistema inmunitario. Estos cambios pueden persistir durante años y provocar a largo plazo problemas de comportamiento, mentales y de salud física.

El estrés tóxico de las ACE sobre el desarrollo cerebral puede afectar al potencial de un niño para: 
  • Desarrollarse con normalidad, lo que provoca retrasos en el desarrollo.
  • Concentrarse y aprender: lo que provoca problemas de aprendizaje, abandono escolar y falta de oportunidades laborales en el futuro.
  • Tomar decisiones - que conducen a un aumento de los comportamientos de riesgo, como el consumo de drogas y las relaciones sexuales sin protección, y los embarazos no deseados o en la adolescencia.
  • Desarrollar enfermedades mentales, con el consiguiente aumento de la depresión, la ansiedad y las tasas de suicidio.
  • Formar relaciones sanas y estables, lo que lleva a continuar este ciclo de estrés tóxico en sus hijos y familias.
Las investigaciones también demuestran que el estrés tóxico derivado de las experiencias infantiles adversas afecta negativamente al organismo del niño y puede provocar problemas crónicos de salud como:  
  • Obesidad
  • Cáncer
  • Cardiopatías
  • Problemas autoinmunitarios
  • Asma y enfermedades pulmonares crónicas
  • Dolores de cabeza
  • Muerte prematura por mala salud general

Hay algunas cosas sencillas que los padres/cuidadores pueden hacer en casa para ayudar a regular la respuesta al estrés de un niño y cambiar los impactos negativos de las hormonas del estrés para mantenerlos sanos y en el buen camino con el desarrollo del cerebro.

Entre ellas, proporcionar a nuestros hijos: 
  • 1. 1. Relaciones de apoyo y cuidado.
    • Diles y demuéstrales lo queridos, especiales e importantes que son.
    • Dedique tiempo de calidad a actividades que les gusten. Actividades sencillas como hacer arte, bailar, cocinar, jugar, leer y cantar juntos son excelentes opciones.
    • Mantenga contactos fuera de casa con amigos y familiares.
  • 2. Actividad física regular. Recomendación de 1 hora de actividad física que no tiene por qué ser toda al mismo tiempo. Puede incluir deportes, fiestas de baile, concursos de hula hooping, senderismo, jugar al pilla-pilla, perseguir al perro de la familia o cualquier cosa que se le ocurra para que su hijo esté físicamente activo.
  • 3. Comidas sanas.
    • Evite los alimentos/bebidas con alto contenido en azúcar. Evita los alimentos ricos en grasas o los alimentos/meriendas ricos en hidratos de carbono.
    • Incluya frutas y verduras en todas las comidas. Se recomiendan de 5 a 9 raciones de fruta y verdura al día. Las frutas y verduras aportan nutrientes que ningún otro alimento puede proporcionar.
    • Incluya alimentos ricos en ácidos grasos saludables Omega 3 como pescado, nueces, aguacates, semillas de lino.
  • 4. Sueño reparador.
    • Mantenga una rutina con una hora regular para irse a la cama.
    • Asegúrese de que el dormitorio es tranquilo, silencioso y está libre de distracciones.
    • Evite todos los aparatos electrónicos, incluidos el teléfono móvil, la tableta, el ordenador y la televisión, 1 ó 2 horas antes de acostarse.
  • 5. 5. Obtener atención de salud mental para usted como padre/cuidador y para su hijo.
  • 6. Practicar la atención plena.
    • Esto puede incluir meditación, ejercicios de respiración y oración.
    • Hable con su hijo sobre cómo se siente física y emocionalmente.
    • Practique hablar, escribir o dibujar con su hijo lo que agradece cada día.

Todo ello creará conexiones en sus cerebros que les ayudarán a tener éxito en la escuela, a comportarse de la forma que cabría esperar y a ser más felices, sanos y exitosos.

Cuando los padres y cuidadores también gestionan el estrés de forma positiva, su cerebro también cambia de forma que le hace más feliz y sano.

Algunas formas de controlar el estrés como padre/cuidador son:
  • Sepa qué es lo que le estresa. Cuando sepas qué es exactamente, podrás afrontarlo mejor.
  • Pregúntate "¿puedo hacer algo al respecto?". Si la respuesta es no, déjalo pasar y céntrate en otra cosa. Si la respuesta es sí, divídelo en pequeños pasos para que no resulte abrumador.
  • Ten fe. Piensa en otras ocasiones en las que hayas superado retos. Está demostrado que las personas que van a la iglesia, rezan o practican otras formas de espiritualidad tienen menos estrés.
  • Relájate. Haz ejercicios de respiración, meditación, escucha música o échate una siesta.
  • Fórmate hábitos saludables durmiendo bien, haciendo ejercicio y comiendo bien.
  • Tómese tiempo para sí mismo, como leer un libro, dedicarse a un hobby o pasar tiempo con los amigos.
  • Establezca contactos con otras personas. Ten una red de apoyo que incluya a amigos y familiares. No tengas miedo de pedir ayuda. 
  • Nunca estás solo. El pediatra o el médico de familia de tu hijo también pueden ser un gran recurso y una persona de apoyo para ti. Pueden darte ideas, recursos y ponerte en contacto con otras personas que pueden ayudarte.

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